viernes, 5 de septiembre de 2008

La reencarnación de la diosa

Liz Taylor "Cuando en una casa egipcia se declara un incendio, sus habitantes se precupan muy poco del fuego y mucho de sus gatos. Los protegen, los vigilan y, si alguno, fuera de sí, logra escapar y precipitarse a las llamas, la aflicción abate a los egipcios. Cuando un gato muere de muerte natural, todos los habitantes de la casas se rasuran las cejas. Colocan al gato embalsamado en un compartimento secreto y lo transportan a la ciudad de Bubastis". (Relato de Herodoto, 484-425 a.C.).

La primera civilización que tuvo una relación cercana con el gato fue la egipcia, ellos creían que, cuando murieran, sus almas habitarían en cuerpos de gatos.

Como consecuencia, consideraban al gato un ser al que había que proteger y adorar, y de ahí vino la veneración que mostraron a la diosa Bastet.
Bastet
Bastet o Bast se representaba con cuerpo de mujer y cabeza de gata, era la diosa protectora de la casa y la fertilidad. Hija de Isis, diosa del sol, de la luna y de la tierra era tan femenina que se la identificaba con trajes largos y elegantes, con provocadores escotes, con hermosos bordados y el cuello adornado con perlas.

La antigua ciudad de Bubastis estaba consagrada a su culto, allí celebraban la "Fiesta de la embriaguez" en honor a la diosa y también es de dónde proceden centenares de gatos momificados que fueron enterrados en su memoria.

Cleopatra (Elizabeth Taylor for ever) se pintaba los ojos imitando las líneas curvas oscuras naturales de los ojos de su gata, seducida ella misma por la fascinación de la misteriosa mirada felina...

Banda sonora: Morcheeba, The sea

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